Una defensa de cerro a mar: La lucha de Penco contra la minería de Tierras Raras
Ubicación geográfica
Breve historia del conflicto
Penco es una comuna costera ubicada en la bahía de Concepción. Su historia ha estado marcada por los intentos de industrialización del territorio con diferentes proyectos, al tiempo de ir siendo rodeada de plantación forestal, lo que ha ido haciendo sinergia con todos los proyectos instalados en la bahía. Desde inicios de 2010 la comunidad de Penco fue informada de al menos dos proyectos que encendieron las alertas de la comuna y de la bahía: el gasoducto, conocido como Octopus, y la minería de tierras raras.
El proyecto sobre minería de tierras raras es un proyecto a cielo abierto de minería urbana, pues busca instalarse en el radio urbano de la comuna, a un kilómetro de las casas de la población. Su exploración en los cerros comenzó de forma sigilosa, mientras en la bahía se daba la lucha contra Octopus, logrando instalar la planta piloto “El Cabrito” en 2015, la que contó con financiamiento estatal mediante CORFO. Sin embargo, a lo largo de estos 10 años, la empresa no ha logrado que el proyecto sea aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) contando con cinco tramitaciones ambientales fallidas, a pesar de los cambios de nombre (de BioLantánidos a Aclara), de inversionistas y del constante lavado de imagen.
La empresa que está detrás del proyecto es REE UNO SpA, la que depende actualmente de Aclara Resources, quien cotiza en la bolsa de valores de Toronto y tiene distintos inversionistas a su espalda, siendo el principal Hochschild Mining. Recientemente, se incorporó como inversionista al proyecto la Compañía de Acero del Pacífico S.A. (CAP Acero).
Actualmente, Aclara señala estar preparándose para ingresar nuevamente su proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Chile
Activo
Territorio Cuerpo
Territorio Tierra
Territorio Organizativo
Actores Agresores
Estrategias de Resistencia
Identidad
Material de extracción
Nombre de la empresa y origen
Impactos del conflicto
Territorio Cuerpo
Dado que el proyecto minero lleva 10 años buscando instalarse en el territorio, las afectaciones a los cuerpos de las mujeres están vinculadas principalmente a su salud mental y emocional. En este sentido, señalan un constante desgaste y estrés por la defensa del territorio. Asimismo, el sentimiento de “que no dan abasto”. Esta afectación se traduce en constantes dolores de espalda, estómago, de cabeza y útero, esto último a propósito de ir teniendo menstruaciones con más dolor en la medida que avanza el conflicto. A esto se suma el cansancio físico, por tener que estar realizando regularmente actividades en la defensa del territorio.
Esta tensión y estrés les ha generado afectaciones en el ámbito laboral, así como de vínculos sociales y afectivos, en tanto consideran que no tienen tiempo ni energías para poder relajarse y ser felices, pues la preocupación por el territorio está ahí como una constante en sus cabezas. Manifiestan preocupación por el futuro por la posible aprobación del proyecto, pues se preguntan qué pasará con su estilo de vida, la de sus hijos, así como la transformación que tienen las comunas mineras y el aumento de la violencia, particularmente hacia el cuerpo de las mujeres.
Estas tensiones y esta nueva jornada de trabajo que significa hacer defensa del territorio, se relacionan, a su vez, con las malas prácticas de la empresa: malos tratos, llamadas telefónicas amedrentadoras, falsificación de firmas, procesos de participación ciudadana anticipada llevados a cabo de manera irregular, entre otros. Pues deben estar en un rol constante de vigilancia y monitoreo.
Además, la Red de Mujeres Penco-Lirquén se siente violentada a propósito del trato que ha tenido desde la institucionalidad local, pues no son tomadas en cuenta por ser consideradas conflictivas; asimismo, al declararse como una organización feminista, genera tensiones al visibilizar otras dimensiones y afectaciones del conflicto, tanto a nivel institucional, como a nivel comunitario, en donde hombres se sienten amenazados por el cuestionamiento a sus privilegios.
Territorio Tierra
El proyecto minero busca emplazarse en la cuenca del Río Penco, zona que, además, sirve de lugar de esparcimiento y contacto con la naturaleza para la comunidad. Por tanto, la afectación de las aguas, en su calidad y cantidad es una importante preocupación, de hecho, actualmente el río tiene mucho mayor sedimento a propósito de la remoción de tierras; así también, consideran que habrá afectaciones a la flora, fauna y funga que habita el territorio, como pumas, pudúes, monitos del monte, cangrejo tigre, naranjillos, queules y pitaos, siendo estos últimos monumentos naturales en peligro de extinción.
Si bien el proyecto aún no se instala, lograron hacer funcionar una planta piloto por unos cinco años, lo que significó remoción de tierra, tronaduras, sondajes y construcción de caminos, lo que se ha traducido en derrumbes, deslizamiento de cerros y el secamiento de vertientes.
Además, el proyecto está próximo a uno de los sectores rurales de la comuna, en donde las familias aún practican la agricultura de subsistencia, crianza de animales y apicultura, quienes temen la instalación del proyecto por la afectación al agua, lo que se suma al temor constante en temporada de incendios por los incendios a las plantaciones forestales que rodean sus campos.
Territorio Organizativo
A nivel organizativo, la defensa del territorio y sus frutos ha traído la conformación de diversas organizaciones territoriales y comunitarias, algunas de carácter interdisciplinario, las que han tejido una red no solo a nivel local, sino también hacia fuera del territorio, en la idea de poder posicionarse y aprender de otras experiencias. Además, estas organizaciones se han destacado por buscar desarrollar procesos de investigación comunitarios. Sin embargo, en el caminar, se han producido diversos quiebres, principalmente a propósito del accionar de las empresas que han ido captando personas, lo que ha generado un clima de desconfianza, agregando una dificultad más a la hora de organizarse.
La Red de Mujeres Penco-Lirquén se forma a propósito de la ola feminista, en donde mujeres se organizaron para marchar juntas. Desde ahí, se comenzaron a organizar también por la defensa del territorio, pues ven en este una extensión de sus cuerpos, por lo que un daño al territorio es una afectación directa hacia ellas.
Estrategias de resistencia de las mujeres
La Red de Mujeres Penco-Lirquén ha participado de distintas acciones en la defensa del territorio, como festivales, marchas, bailatones; así también, uso del espacio donde se quiere instalar la minera con desayunos, recorridos, talleres sobre agroecología, forestación. Dos acciones han sido claves en su caminar, por una parte, exigir a la Municipalidad la realización de un plebiscito en 2022 que consultara a la ciudadanía por si quieren o no la minera, en donde el 99% votó por el “No a la minera”; por otra parte, la propuesta de Parque para Penco, en donde se han reunido distintos esfuerzos para visibilizar la riqueza natural del lugar, así como sus consideraciones económicas y culturales.
En la defensa del territorio, se organizan con la Asociación Mapuche Koñintu Lafken Mapu, quienes reconocen en el territorio un lugar significativo en términos espirituales, culturales y económicos, pues hay un rehue y un ngen en las aguas, se nutren de los productos recolectados, así como del lahuen (medicina).
Destacan que son mujeres las principales defensoras del territorio, no sólo en términos numéricos, sino en términos de cuidados, pues son ellas quienes más uso hacen de estos espacios, por su simbolismo, usos y rol de cuidadoras.
Frases destacadas:
“Nadie nos paga por ser activistas, nadie nos paga por estar preocupados de lo que está pasando, ni siquiera por informarnos o tener que estudiar todos los efectos, por ejemplo, que va a tener la minería o qué es lo que significan las metodologías o la extracción que ellos dicen que van a tener, lo tenemos que estudiar. Entonces, todo eso nos genera obviamente un cansancio físico y mental, emocional, de todo tipo. Yo creo que también ha habido un desgaste físico muy evidente, porque tener que hacer muchas cosas para visibilizar este proyecto y visibilizar lo que está haciendo, porque no todas las personas tienen tiempo de ir a ver. “Oye, ¿qué pasó en el fundo? ¿Por qué hay tronaduras? ¿Por qué hay movimientos de tierra? ¿Por qué el río viene todo lleno de tierra también? ¿Qué pasó?” Bueno, nosotros vamos a ver. Nosotros vamos, ya sea en bicicleta, caminando, como sea, pero vamos y vamos a ver qué está ocurriendo”.
“Me siento orgullosa, a pesar de lo difícil y de lo tristemente que uno puede decir que es estar en la lucha contra un proyecto minero, en particular. Me siento orgullosa de ser parte también de la organización, de sentirme apoyada también por las compañeras, de saber que estamos poniendo la vida por sobre otros valores, sobre todo pensando en que siempre se le da mucho valor a lo económico, pero la vida no tiene que ver solamente con el dinero, aunque también es una parte importante. Yo creo que a través de estos procesos he descubierto lo mucho que es bonita la vida cuando uno pone en valor los vínculos sociales, la familia, el territorio. El territorio es algo muy bonito, que cuando lo cuidamos se convierte en una parte también de ti que te hace sanar”.
Informes:
- Una defensa de cerro a mar: La lucha de Penco contra la minería de Tierras Raras. Javier Arroyo Olea y Viera Saavedra Contreras. Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales -OLCA, Santiago de Chile, 2023. 105 p.
- Mujeres y conflictos ambientales: Impactos diferenciados. Capítulo: Sentipensares de la Red de Mujeres de Penco-Lirquén: LA AMENAZA DE LAS TIERRAS RARAS. Karen Ardiles et al. Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA. Santiago de Chile, 2023. 222 p.