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Mujeres Wayuu, defensoras en resistencia a la minería de carbón en La Guajira

Ubicación geográfica

Este conflicto minero tiene su principal expresión en el extremo norte continental de Colombia, en la llamada media y baja Guajira. Esta zona se caracteriza por ser plana, cultivable y con algunas áreas de reserva hídrica. Allí nace el río Ranchería, principal flujo de agua del departamento, que desemboca en el océano Atlántico.

Esta zona es habitada por comunidades indígenas wayuu, comunidades afrodescendientes y mestizas.

Breve historia del conflicto

La extracción a cielo abierto de carbón en el departamento de La Guajira inicia en 1977, a partir de una inversión con capital mixto, el nombre del proyecto es El Cerrejón. En principio, la extracción se proyectaba hasta el año 2009, pero a finales de la década de los noventa se acordó extender este plazo hasta 2034. Los actuales accionistas del proyecto minero, que ocupa más de 69.000 ha, son Anglo American, BHP Billinton y Glencore.

Los principales detonantes del conflicto en esta región se relacionan con el acaparamiento de tierras que ha implicado la expansión de la mina, teniendo como resultado comunidades desplazadas y reubicadas en condiciones poco dignas, y que desconocen las costumbres de la población, además del exterminio de especies de fauna y flora (CENSAT Agua Viva, 2018). Por otro lado, está la contaminación y privatización del agua que es un elemento de primera necesidad tanto para la supervivencia de las comunidades como por sus tradiciones culturales; un ejemplo claro de esta situación es la avanzada para la desviación de ríos a fin de favorecer la actividad minera, sin tener en cuenta las consecuencias para las distintas formas de vida que allí habitan.

Frente a esta situación tan grave de despojo, en la que también se han presentado numerosas violaciones de los derechos de los pueblos y derechos humanos y de las mujeres, las comunidades afrodescendientes e indígenas se han organizado para exigir garantías de una vida digna; en el caso de las comunidades indígenas, las mujeres wayuu han sido un pilar y dinamizadoras de la lucha por la vida, el agua y el territorio.

Territorio Cuerpo
Impactos emocionales, Impactos físicos, Sobrecarga de tareas por roles de género
Territorio Tierra
Despojo y contaminación, Impactos económicos y productivos, Militarización del territorio, Vulneración de la soberanía alimentaria, Vulneración de los derechos de la naturaleza
Territorio Organizativo
Rupturas, Estigmatización organizativa
Actores Agresores
Empresa minera, Estado – Instituciones, Policía
Estrategias de Resistencia
Acciones jurídicas, Alianzas, Iniciativas mediáticas, Movilización
Identidad
Comunidades indígenas, Comunidades afrodescendientes
Material de extracción
Carbón
Nombre de la empresa y origen
BHP Billiton – Inglaterra y Australia / Glencore – Suiza / Anglo American – Sudáfrica

Impactos del conflicto

  • Territorio Cuerpo
  • Territorio Tierra
  • Territorio Organizativo

Territorio Cuerpo

En los más de 30 años de resistencia frente en este conflicto minero las mujeres se han visto maltratadas por acciones de la fuerza pública en el marco de movilizaciones, cuyas consecuencias han llegado hasta abortos ocasionados por la violencia ejercida.

Por otro lado, se referencian enfermedades respiratorias en la niñez y en mujeres, así como afectaciones en la piel y abortos espontáneos.

En relación con los impactos emocionales se resalta la afectación de la espiritualidad de las mujeres, las comunidades wayuu son pueblos oníricos, pero para estas la minería no deja llegar al espíritu de los sueños y dicen: “ya no sueño”.

 … hay sueños que indican que va a llover, que habrá buena cosecha, buena lluvia. Para nosotros, el agua tiene una gran relevancia porque con eso se cultiva. Ya nadie sueña eso. Nosotros hacemos el ejercicio de llamar la lluvia con la tambora, la kasha; lo hacemos, pero no funciona. Las Outsü, dicen que como hay un interruptor del sueño que es la mina, eso no lo permite, porque la relación entre el agua, del sueño y la tierra es importante. Todo está conectado y eso indica el tiempo y las prácticas con la tierra. 

(Lideresa Wayuu, 2015). (CENSAT Agua Viva, 2018) 

También se hace referencia a la sobrecarga de actividades en las mujeres, si bien la cultura indígena wayuu tiene altos índices de machismo, cuando se empiezan a sumar asuntos por el proyecto minero y su resistencia queda un peso muy alto en manos de las mujeres.

Todos los arroyos que ha afectado la explotación minera han afectado el tema del acceso al agua, eso implica que hay que buscar agua cada vez más y más lejos y obviamente son ejercicios que le toca a las mujeres, caminar más, buscar más, gastarse más tiempo.

(Jackeline Romero Epiayú. Fuerza de Mujeres Wayuu, 2021) 

Territorio Tierra

La posibilidad del acceso al agua y de su inexistente gestión desde las comunidades es una clara muestra de la inequidad respecto a este recurso en la zona. Además del acaparamiento de las aguas y el desvío de cerca de ocho afluentes del río Ranchería, las mujeres denuncian la desaparición de flujos de agua por el uso de la dinamita y la explotación del carbón, que implica una contaminación muy fuerte no solo de las aguas, sino también del aire, la tierra y auditiva, viéndose principalmente afectadas, ya que tienen en sus manos las labores de cuidado.

Por otro lado, la militarización del territorio se ha intensificado en los últimos años con el objetivo de responder a las acciones de movilización de las organizaciones que reclaman a la empresa y al Estado condiciones y garantías para una vida digna. De acuerdo con el proyecto “Convenios de fuerza y justicia” (Rutas del Conflicto y La Liga Contra el Silencio, 2019), la empresa Cerrejón celebró un convenio con la fuerza pública en Uribia, Barrancas y otros municipios para la protección de su actividad extractiva. Las mujeres denuncian que la presencia de militares en el territorio ha tenido como consecuencia violaciones y situaciones en las que estos actores “las enamoran, las embarazan y se van”, quedando en el territorio madres solteras que tienen que responder por la vida de sus hijos e hijas sin apoyo del progenitor, lo que genera cargas adicionales en tareas cotidianas, y en aspectos económicos y emocionales para estas mujeres.

Territorio Organizativo

En este largo camino de iniciativas y resistencia frente a la minería en la región se evidencia un desgaste anímico de las organizaciones, pues se han recibido numerosas amenazas que dejan un ambiente de vulnerabilidad; esto, junto a la violación descarada de los derechos de las organizaciones, afecta fuertemente las emociones de sus integrantes en tanto articulación.
Este desgaste señalado se da también por las divisiones debido a interferencias de la empresa que ofrece dinero a cambio de la no participación en actividades relacionadas con los procesos de resistencia a la mina. Sumado a lo anterior, ha habido casos de violencias contra las mujeres al interior de los espacios organizativos, donde no está bien visto o aceptado que ellas tomen la vocería para denunciar asuntos como la escasez del agua, afectaciones a la salud en niños y niñas o en ellas mismas.

Estamos acompañando a algunas compañeras que se les nota la tristeza, que lloran, madres que dicen “No podemos entender cómo hombres miembros de nuestra misma comunidad que han recibido beneficio de la mina, no reconocen que esto va más allá de cualquier dinero, va en contra del territorio, de la vida, qué vamos a hacer en 10 años, ¿a dónde vamos a ir?”.

(Jackeline Romero Epiayú, Fuerza de Mujeres Wayuu, 2021) 

Estrategias de resistencia de las mujeres

Frente a esta situación tan grave de vulneración de derechos de los pueblos y de las mujeres, desde Fuerza de Mujeres Wayuu, en asociación con otras organizaciones, se han puesto en marcha acciones de visibilización de las afectaciones.

Campañas mediáticas, elaboración de material pedagógico, recorridos por los cuerpos de agua que aún se mantienen para visibilizar su importancia, giras internacionales para desestimular la inversión en la extracción de carbón. Puntualmente en la empresa El Cerrejón, visibilización de líderes y lideresas amenazadas para que sean protegidas.

Lo anterior ha estado acompañado de numerosas acciones judiciales que buscan frenar la expansión de la mina, evitar que se continúe la privatización de las aguas por parte de la empresa y exigir al Estado colombiano una presencia eficaz en tanto garante de los derechos fundamentales, pues su accionar ha estado centrado en las fuerzas armadas que permanecen en el territorio. La acción más reciente es la Acción de Nulidad a la licencia ambiental de Cerrejón, presentada en el año 2019 por varias organizaciones, que busca frenar los impactos ambientales y sociales que ha tenido la extracción de carbón a cielo abierto para las comunidades aledañas a la mina.


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