Fortaleza de las mujeres en la búsqueda de justicia para lograr el cese de la criminalización y defensa de los bienes comunes en Guapinol
Ubicación geográfica
El territorio afectado corresponde al Parque Nacional Montaña de Botaderos Carlos Escaleras, que abastece a 34 microcuencas declaradas de los municipios de Tocóa, Sabá, Gualaco, Olanchito, Bonito Oriental y San Esteban. La altitud media del municipio de Tocóa es de 38 m.s.n.m, con una extensión de 8875 km2.
Alrededor de 42 mil habitantes mestizos reciben agua dentro del área de influencia del Parque Nacional.
Breve historia del conflicto
En abril de 2013 se presenta la solicitud de concesión minera no metálica ASP y ASP2 (200 ha) de la empresa Emco Mining Company S.A. de C.V., ahora empresa Inversiones Los Pinares. Con el fin de favorecer a la empresa, el Gobierno reduce la zona de protección del parque nacional Botaderos y otorga la concesión a la empresa minera. Las comunidades denuncian al alcalde de Tocoa y a instituciones del Estado por haber dado la licencia de explotación; asimismo, la población instala un campamento en la vía pública en 2018, del cual son desalojados y posteriormente denunciados con una primera acusación. Actualmente hay ocho defensores que están en prisión a pesar de la presentación de múltiples apelaciones y una medida cautelar interpuesta ante la CIDH para garantizar el respeto de sus derechos fundamentales (Fuentes, 2020).
Las mujeres de Guapinol reciben directamente los impactos de la defensa del ambiente al ser apresados sus compañeros de vida, sus hijos o sus hermanos. Ellas también tienen denuncias pendientes de ser ejecutadas en cualquier momento.
Honduras
Activo
Territorio Cuerpo
Territorio Tierra
Territorio Organizativo
Actores Agresores
Estrategias de Resistencia
Identidad
Material de extracción
Nombre de la empresa y origen
Impactos del conflicto
Territorio Cuerpo
En Guapinol, las mujeres han sufrido violencias tanto físicas como emocionales. Durante el desalojo violento la fuerza especial militarizada conformada por militares, marines, cobras, policía preventiva y el comité de vigilancia permanente de Ceibita (paramilitares financiados por la empresa minera) se enfrentaron a los ciudadanos dejando a varias mujeres lastimadas.
Lo que han vivido las mujeres de Guapinol se visibiliza en miedo, tensión, agotamiento, pesadillas relacionadas con el enfrentamiento y gran preocupación por el futuro cercano, donde hay incertidumbre acerca de lo que les espera, con los ocho defensores en prisión, denuncias en trámite hacia las mujeres de la comunidad y hostigamiento por redes a las familias de los encarcelados, las mujeres se encuentran en tensión continua, lo que les causa un agotamiento creciente difícil de sostener, sin embargo, la lucha sigue y ellas se han convertido en las voceras reclamando la libertad de sus familiares.
Recuerdo mucho cuando a veces duermo y en mis sueños íbamos corriendo y yo llevaba a tres compañeras ancianas y las íbamos cuidando; cómo nos tiraban las piedras del cerro a fin de darnos en las cabezas o en el pie para doblegarnos, las bombas nos tiraban una adelante y otra atrás para acorralarnos.
(Gabriela Sorto, Comité Municipal en defensa de los bienes comunes y públicos, 2020)
Territorio Tierra
La principal causa por la cual la población de Guapinol empezó su protesta contra la concesión y luego licencia de operación a la empresa minera es porque la mina afecta directamente la calidad y cantidad de agua, dañando el río Guapinol y afluentes al estar ubicada en la naciente (la cual se encuentra en la Reserva Nacional de Botaderos).
La protección del agua significa la protección de la vida para las mujeres, puesto que las siembras dependen de ella y también el consumo y otros usos de la única fuente de agua con la que cuentan. La militarización del territorio y la inseguridad causada por la medida hace mucho más difícil sentirse soberanos en un territorio gobernado por otros para satisfacer los intereses de las empresas.
Seguimos sembrando los productos tradicionales, pero con la reducción del agua no tendremos nada para sembrar ni comer […]. Cada día es más difícil comprar los alimentos procesados, para ello necesitamos salir a trabajar en otras ciudades (pero no podemos por la pandemia y también por el temor a ser agredidas).
(Gabriela Sorto, Comité Municipal en defensa de los bienes comunes y públicos, 2020)
Territorio Organizativo
En los años de la resistencia las comunidades han permanecido unidas a través del fortalecimiento del Comité Municipal en Defensa de los Bienes Comunes y Públicos, enfrentando toda la arremetida empresarial y gubernamental. Para las mujeres de la resistencia la búsqueda de alianzas con organizaciones feministas ha sido clave para el fortalecimiento de la incidencia local, nacional e internacional y el acompañamiento psicológico que se necesita para las ocho familias que tienen a un miembro preso.
Lourdes Gómez fue a prisión preventiva por haber participado en el campamento de resistencia de Guapinol, ella fue liberada en marzo de 2019, junto con otros 12 acusados. La criminalización es la estrategia más frecuente que están utilizando la empresa y el Gobierno para controlar el territorio a su antojo. Para las mujeres –como Lourdes Gómez–, su proceso de criminalización, así como el de sus padres, esposos e hijos ha ocasionado impactos en la esfera emocional, económica y de recarga de tareas en el hogar, además de la incertidumbre de no saber en qué condiciones se encuentran sus familiares. Asimismo, son las responsables de organizar y sostener las acciones de movilización para liberar a los presos políticos.
Estrategias de resistencia de las mujeres
Las mujeres de Guapinol, en coordinación con todas las organizaciones del territorio, utilizaron diversas estrategias, entre ellas las más importantes han sido la búsqueda del diálogo con el gobierno a través de sus funcionarios, buscando en todo momento que se les otorgue información real y oportuna sobre el estado de la concesión y la licencia; sin embargo, lo que han obtenido son contradicciones y, finalmente, la ausencia de respuestas.
El caso de Guapinol es uno en donde la criminalización es evidente, las mujeres han sabido denunciar en medios de comunicación y espacios nacionales e internacionales toda la violación de derechos de la que han sido víctimas los miembros de la comunidad de Guapinol, especialmente los padres, hijos y esposos de ocho familias que aún siguen esperando justicia.
En este largo camino que les toca recorrer, el apoyo de organizaciones religiosas y feministas ha sido clave, pues les ha proporcionado acompañamiento, terapias grupales e individuales, acuerpamiento y cuidados colectivos, así como la incidencia local, nacional e internacional que ha permitido que el caso se conozca en diferentes espacios. Estas mujeres no pierden la esperanza, renovando su fortaleza día a día para seguir luchando por liberar a los presos y lograr la protección del río Guapinol.
Artículos:
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