Durante todos estos años las mujeres de la Puya han sabido sostener la lucha con convicción y sobre cargas personales, familiares y comunitarias.

Han pasado ya diez años del inicio de la lucha de los pueblos de San José del Golfo y San Pedro de Ayampuyuc, en este tiempo muchos compañeros y compañeras han sostenido la valiente defensa pacífica por el derecho a la Vida, el Agua y a gozar de un ambiente saludable.

Las mujeres han tenido un rol muy importante en este largo camino de resistencia contra la empresa minera estadounidense Kappes Cassiday & Associates. Se ha logrado retirar del territorio guatemalteco el proyecto minero Progreso II Derivada, sin embargo, la empresa ha demandado al Estado de Guatemala por 400 millones de dólares amparada en el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos con América Central y la República Dominicana (CAFTA-DR) dando cuenta de su interés desmesurado que contrasta con las exigencias justas de todo un pueblo.

Es diferente ser defensora que defensor, las compañeras de la Puya nos comparten  “Nosotras, las mujeres nos levantamos  a las 4 de la mañana para que el tiempo alcance para traer el agua del manantial, dar de comer a los animales, tener lista la ropa y los útiles escolares de nuestros hijos e hijas, cocinar las tortillas y preparar el almuerzo, para finalmente con tantas preocupaciones encima partir al campamento de la resistencia para cubrir el turno;  en cambio  nuestros compañeros desayunan y van directamente al campamento”.

El rol de las mujeres, no sólo exige una sobre carga en las tareas de cuidados, también se expresan en su participación al interior de la organización, muchas de ellas tienen que ir con sus hijos/as porque no hay nadie que los cuide en sus casas, en muchas ocasiones enfrentan la crítica por ir solas, sin sus esposos e hijos/as.  Los detractores de la lucha las señalan de “malas madres” que abandonan a sus hijos/as y “malas mujeres” porque suponen van al campamento para buscar hombres. Aún así, ellas han participado activamente en la instalación y puesta en marcha del Campamento Pacífico de la Puya.

Nuestra admiración, reconocimiento y sororidad desde la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales por estos diez años de fuerza y resistencia pacífica, sabemos que ser mujer y formar parte de la resistencia no ha sido un camino fácil, sin embargo, todas las compañeras que han participado del Campamento Pacífico de la Puya han dado vida a la lucha con alegría, amor, fe y esperanza.

¡Que viva la Resistencia Pacífica la Puya!

Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales.