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RECURSOS

Memorias

Memoria Anual 2020
Con la propagación del Coronavirus se ha generado una emergencia sanitaria mundial, a lo largo y ancho del planeta. A esta situación se han sumado las crisis ambientales y de cuidados, poniendo de manifiesto el importante riesgo que significan las actividades y proyectos mineros para los cuerpos y los territorios, en especial para las mujeres…
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    Debido a las condiciones económico-políticas y a los patrones culturales, las violencias que ejerce el extractivismo sobre los cuerpos genera mayores vulneraciones a las mujeres que defienden los cuerpos-territorios-tierra. Las mayores afectaciones de la situación que se vive producto de la emergencia de salud y el sostenimiento de las actividades mineras recaen sobre las mujeres. Las medidas de aislamiento sumadas a la propagación de enfermedades derivada de las actividades mineras, significan una sobrecarga de trabajo y de cuidados para nosotras. El confinamiento también ha incrementado el riesgo de la violencia machista en los hogares. Las medidas de control social implementadas por los Estados (Estados de alarma, situación de emergencia o toques de queda) han aumentado la situación de vulnerabilidad que vivimos las mujeres en los territorios. Cabe señalar también que somos las mujeres quienes hemos estado generando la alarma en las comunidades por la situación que vivimos y quienes primero nos hemos organizado para denunciar las vulneraciones que conlleva el mantenimiento de las actividades extractivas.

    En este marco, desde la Red consideramos esencial, en el año 2020, visibilizar dichas violencias, denunciándolas públicamente, generando lazos con otros países del sur global e incidiendo en organismos públicos que puedan articular iniciativas que nos salvaguarden, también en este contexto de pandemia.

    En el escenario latinoamericano, donde hay un crecimiento vertiginoso de iniciativas extractivas, unas en funcionamiento y otras en proyecto, resulta imperante la visibilización de los conflictos ambientales que estos ocasionan, específicamente en relación a las mujeres para reescribir la memoria de los territorios de vida en el Abya Yala.

    Las próximas páginas son una síntesis del quehacer de nuestra Red durante el año 2020. Les invitamos a recorrerlas.

Memoria Anual 2019
A continuación encontrarán un resumen de nuestro trabajo durante el año 2019. De esta manera, queremos que las organizaciones integrantes y aliadas, así como las instituciones solidarias y los diversos actores sociales conozcan nuestras acciones…
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    En el momento actual la Red tienen presencia en 11 países. De estos, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador y Perú son parte de los grupos focales de la Red y en otros, como Argentina, Brasil, Uruguay, Guatemala y Honduras, se han constituido como alianzas estratégicas que se han ido estableciendo a lo largo de los años. Durante el 2019 hemos seguido expandiendo nuestros horizontes en el Abya Yala.

    Destacamos también que este año hemos establecido alianzas con dos redes de mujeres que trabajan la problemática extractivista en Asia (WAMA) y África (WoMin).

Les presentamos la memoria de nuestros caminos y resistencias de los últimos años de trabajo de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales…
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    Les presentamos la memoria de nuestros caminos y resistencias de los últimos años de trabajo de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales que nos permite mirar el pasado para construir juntas el futuro que queremos para la Red poniendo en relieve la necesidad de proteger, defender y cuidar/nos las mujeres defensoras de nuestros cuerpos-territorios y territorios-tierra que estamos desarrollando labores de defensa en los territorios del Abay Yala, frente al avance del extractivismo minero.

    Sabemos que el poder que ejerce el extractivismo tiene un parangón similar en su violencia contra la naturaleza y las mujeres. Somos las mujeres defensoras quienes articulamos las diversas identidades y prácticas de resistencias, las que somos más violentadas. Sobre nosotras y los roles políticos que cumplimos en los procesos de defensa territorial, recaen los patrones patriarcales vigentes.

    Nuestro horizonte es continuar integrando acciones de incidencia y herramientas de comunicación en red que permitirán poner en valor y visibilizar tanto las historias de vida, como las formas en que las mujeres defensoras nos organizamos y defendemos nuestros cuerpos y territorios.