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POR ESTADOS QUE PROTEJAN LA INTEGRIDAD DE LAS MUJERES DEFENSORAS DE LA NATURALEZA EN LATINOAMÉRICA: NO MÁS VIOLENCIA, DESDE LAS CORPORACIONES EXTRACTIVISTAS HACIA LA NATURALEZA, LA VIDA Y CUERPO DE LAS MUJERES

Nosotras, desde la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales, convocamos a compañeras indígenas y campesinas, defensoras de la naturaleza de ADES en El Salvador, Colectivo de Defensoras del territorio de La Guajira – Colombia, Saramanta Warmikuna y Sinchi Warmy en Ecuador, Rondas Campesinas Femeninas de Cajamarca – Perú, Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Madre Tierra – Bolivia y la Comunidad indígena Colla de Copiapó – Chile, a unir nuestras voces en el  conversatorio DEFENSORAS DEL ABYA YALA RESISTIENDO LAS VIOLENCIAS POR MINERÍA EXTRACTIVISTA Y PATRIARCAL y luego de haber reflexionado en torno a las diferentes formas de violencia ejercida sobre nuestros cuerpos -territorios expresamos que: Todas tenemos derecho a una vida digna y libre de violencia en un ambiente sin contaminación, por lo cual exigimos a los Estados de El Salvador, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile que se respete nuestra autonomía, garantizando nuestra integridad física y psicológica en un ambiente sano, para lo cual es imprescindible el retiro de las corporaciones internacionales mineras dedicadas al extractivismo reproducido bajo esquemas patriarcales. 

Manifestamos que la violencia contra nosotras las mujeres, en sus diferentes formas y expresiones, constituye un mecanismo de control y dominación de nuestros cuerpos. Esta violencia atenta directamente contra nuestro derecho a la vida, al trabajo, a la salud, al agua, a la consulta previa libre e informada, y a vivir en nuestro territorio sin ser desplazadas.

Desde Ecuador, se denuncia que nuestras compañeras vienen siendo asesinadas por defender a la Madre Naturaleza, y que en este último año han recibido amenazas, ataques violentos con armas de fuego de alto calibre por parte de mineros ilegales, quienes han asesinado a nuestra hermana Alba Bereo Puin, quien se encontraba en estado de gestación, con cinco meses de embarazo. Asimismo, denunciamos que son constantemente estigmatizadas y hostigadas a través de la criminalización se sus casos, y que padecen de la falta de abogados confiables que puedan defendernos ante estas acusaciones.

Desde Bolivia, las compañeras luchan contra la contaminación minera que busca despojarlas de su territorio, de su agua, y de sus costumbres, trayendo más violencia a las comunidades con falsas promesas de progreso y un mayor enraizamiento del machismo y el patriarcado. Corren el riesgo de abandonar sus territorios por la contaminación que trae la minería sobre el agua y la tierra. Pese a todo esto, su gobierno apuesta por la minería como motor para la reactivación económica.

Desde Perú, las compañeras, tienen una serie de problemas como consecuencia de afectaciones diversas principalmente en su salud: muchas no pueden tener hijos, otras tienen partos prematuros, se han producido casos en los que sus hijos e hijas han nacido con alguna discapacidad, ellas padecen principalmente de dolores de cabeza y de huesos, hemorragias, eczemas en la piel, etc., lo más triste, es la existencia de casos de cáncer. Exigen al estado peruano la identificación oportuna de las personas que están contaminadas por estas empresas, para acceder a una cobertura integral de los tratamientos y la indemnización por daños y perjuicios para todas las mujeres, sus familias y comunidades.

Desde Chile, las compañeras del salar andino de Maricunga, como pueblo Colla, sobreviven con el agua del salar de Maricunga. En Modatima, Verónica Vílchez y Marcela Nieto han sido amenazadas (inclusive de muerte). Igualmente, Lorena Donaire es hostigada y vigilada con drones sobre su casa, además de haber sido robada. Carolina Vílchez ha sufrido intentos de atropellamiento. Macarena Valdés, fue asesinada bajo la forma de un falso suicidio, ella luchaba contra la empresa que debía construir una hidroeléctrica en el río Tranguil. Ninguno de estos casos está siendo investigado.

Desde El Salvador en Centroamérica, las compañeras tienen una lucha caminada por más de doce años, siendo múltiples las violencias que han enfrentado, donde muchas mujeres han sido criminalizadas, golpeadas, insultadas, calumniadas. Resaltamos el asesinato de Dora Alicia Sorto quien, a pesar de sus ocho meses de embarazo y de llevar un bebé de dos años en brazos, fue abatida y su niño impactado por un proyectil. En ningún caso hubo judicialización ni justicia. Ellas denuncian que en su territorio haya un pacto entre las corporaciones extractivistas mineras, las empresas nacionales y su gobierno. 

Desde Colombia, las compañeras tienen un difícil enfrentamiento ante una multinacional de megaminería. Sus pequeños enferman, sus mayores fallecen, viven estigmatizadas, menospreciadas, inclusive en su propia comunidad. Tres de sus guías espirituales o matronas, han fallecido debido a la gran contaminación y muchas otras han sido víctimas de acusaciones, de persecuciones, de atentados y amenazas que les impiden hacer una vida normal. Denuncian que estos proyectos mineros extractivos actúan en complicidad con el estado colombiano, a costa de todas ellas, de sus vidas y de sus territorios.

Hoy 25 de noviembre del 2022, “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” exigimos a nuestros gobiernos:

  1. La defensa irrestricta del derecho a la vida, de los derechos de la naturaleza y nuestro derecho a vivir en armonía en nuestros territorios, por sobre otro tipo de intereses económicos del mal llamado progreso.
  2. Poner un freno al extractivismo minero en nuestros territorios, paralizando el otorgamiento de concesiones nuevas a las corporaciones que nos consideran zonas de sacrificio. 
  3. Una “Protección Integral a las Mujeres Defensoras de la Naturaleza” en todas las legislaciones de los países.
  4. Un presupuesto asegurado para que se realicen estudios de impacto de la minería en los cuerpos de las mujeres, así como los niños, niñas y comunidades de los territorios afectados por los proyectos mineros.
  5. Incorporar la representatividad de las mujeres en los espacios de toma de decisión gubernamental.

POR NUESTRO DERECHO A VIVIR EN UN AMBIENTE SANO, DONDE LAS MUJERES Y NUESTRAS COMUNIDADES PODAMOS DESARROLLARNOS COMO LO DESEAMOS.

BASTA AL EXTRACTIVISMO DE NUESTROS CUERPOS-TERRITORIOS.

NO A LA MINERÍA

Abya Yala, 25 de noviembre de 2022

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